Aprender a informarse correctamente

Actualmente, tenemos una gran cantidad de medios, tanto digitales como físicos, para poder informarnos de los acontecimientos actuales. Pero ¡OJO! Es muy importante verificar las fuentes y saber distinguir de aquellas realmente profesionales y creíbles de las que no. Esto forma parte esencial de lo que conocemos como ética periodística, y es que la fiabilidad de la noticia debe ser el objetivo principal a la hora de informar, con fuentes contrastables y confiables.

La información online nos permite enterarnos de los hechos prácticamente al momento, pero ello también provoca la creación de las conocidas Fake News, por ello, y aprovechando que uno de nuestros servicios es el de la prensa escrita/online, queremos daros una serie de consejos para saber comprobar las fuentes, sobre todo, en estos tiempos donde la actualidad está que arde, bien por unas cosas u otras…

– Google Scholar. Muy usado en caso de que debas hacer un trabajo académico y necesites asegurarte de usar solo fuentes académicas. Permite buscar artículos, libros de texto… totalmente gratuitos, aunque también encontrarás contenido especializado de pago.

– Comprueba las estadísticas. Muchas veces, medios de comunicación, personas… utilizan la carta de «estadísticas» para dar mayor credibilidad a la información que ofrecen. Pero, ¿muestran realmente esas estadísticas? ¿Las encuentras en otros sitios más allá del medio en cuestión? ¿Dichos datos coinciden con los ofrecidos en otros lugares? Si no es así, sospecha de su credibilidad.

– Ten en cuenta el autor/autora. Si estás leyendo un artículo que está firmado, puedes buscar información sobre esa persona y revisar las credenciales y trayectoria profesional que tiene.

– Si el autor o página web no da información de contacto, NO TE FÍES. Y es que muchas webs ofrecen información sin decir de quién es o de dónde lo han sacado.

– Medio de comunicación especializado en unos sectores concretos. Lo más efectivo para ganar credibilidad es seguir siempre una misma temática.

– Apariencia profesional y cantidad de contenido. Y es que, aunque parezca una tontería, los errores tipográficos, gramaticales e incluso, el diseño de esa página web, puede darnos pistas contundentes para garantizar su credibilidad (¡pero no debe ser lo único en lo que te fijes!).